Dia a Dia de los Monjes
La vida de un monje en la Edad Media se centraba sobre todo en la oración y la observancia religiosa. Desde el primer servicio del día a las últimas oraciones de la noche, cada periodo de 24 horas seguía el mismo patrón. La única vez que se rompía esta rutina era cuando la iglesia celebraba lo que se conocen como los tiempos fuertes, como la Pascua o la Navidad. En ese momento, los monjes se podían permitir lujos como comer carne y beber cerveza.
El día del monje medieval comenzaba antes del amanecer, con los maitines, el primer servicio del día, alrededor de las 02.00 de la madrugada. Los monjes abandonaban sus dormitorios y, alumbrados con velas, bajaban las escaleras para entrar en la iglesia a oscuras a celebrar el primer servicio del día. Después, podían volver a la cama a descansar, hasta el nuevo servicio, justo al alba, después de un simple desayuno de pan. A las 09.00 horas se celebraba el tercer servicio religioso.
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